Si excluimos los cerros que rodean una parte de la capital, Zagreb es la ciudad perfecta para montar en bici. David Byrne (Talking Heads), al salir su libro 'Diarios de Bicicleta'
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Cuando decimos štrukli, pensamos en ese plato ligeramente saladito, a veces también azucarado. Tenemos ante nosotros la receta de los conocidos štrukli cocidos: de rico sabor, rellenos de una mezcla de queso fresco y bañado en pan rallado frito en mantequilla. El añadido de una cucharadita de azúcar atraerá también a los que prefieren la variante dulce. La preparación es algo más exigente, pero para un disfrute especial merece la pena aplicar un poco de esfuerzo y aprender cómo lo hicieron durante décadas nuestras abuelas.
Ingredientes para 8 ó 10 personas:
Para la masa:
500 g de harina floja
1 huevo
50 ml de aceite
2 pizcas de sal
200 ml de agua tibia
Para el relleno:
750 g de queso fresco
180 g de nata fresca
3 huevos
2 pizcas de sal
Para el aderezo:
150 g de mantequilla
100 g de pan rallado
Para espolvorear:
100 g de azúcar
1 cucharadita de canela en polvo
Preparación:
En un recipiente tamizamos la harina, vertemos el aceite, el agua tibia, rompemos el huevo, añadimos la sal y mezclamos la masa con las manos. Amasamos la masa en forma de bola, la untamos de aceite, la ponemos en un plato, la cubrimos con papel de cocina transparente y dejamos que repose unos 30 minutos. Mientras tanto ponemos en un recipiente adecuado el queso fresco, añadimos la nata fresca, rompemos tres huevos, añadimos la sal y con la cuchara de madera trabajamos los ingredientes. Extendemos la masa en un mantel enharinado y con las manos la extendemos muy fina. Después aderezamos la masa por la parte más cercana a nosotros con el aderezo de queso y con ayuda del mantel lo enrollamos. Después cortamos la masa con el borde del plato en las piezas correspondientes y las ponemos a cocer en agua salada hirviendo unos 20 minutos. Mientras tanto fundimos la mantequilla en una sartén caliente puesta sobre el fuego, añadimos el pan rallado y lo freímos hasta que obtenga un color dorado. Los štrukli cocidos los colocamos en los platos, los regamos con el pan rallado frito, vertemos azúcar según el gusto de cada cual y servimos aún caliente.